Al liderar, «solo sé que no sé nada…»

Como planteaba Sócrates, el saber que no sabemos es lo que nos impulsa a seguir creciendo

Mucho se habla del liderazgo. Hay quienes opinan que es una cualidad innata que traen naturalmente algunas personas. Otros, que se aprende y desarrolla. Creo que es un poco de las dos: quien trae naturalmente esta habilidad la puede seguir perfeccionando; es un camino de crecimiento que nunca acaba. Quien no se reconoce un líder nato, ¡lo puede trabajar y aprender!

¿Dónde radica la dificultad? En el punto de partida, que hace la diferencia: cuánto me reconozco en construcción como líder.

Cuando creés que ya no tenés nada más que aprender, nada puede transformarse en ti: estás topeado. Me he encontrado en mi carrera como Coach muchas personas que lideran desde ese lugar y se ponen a sí mismos su propio límite. Seguro alguien te haya venido a la mente.

Como consecuencia, esta postura dificulta:

  • Escuchar opiniones
  • Ampliar la forma de ver la realidad e integrar otras ideas
  • Comprender a las personas con las que te relacionas
  • Aceptar lo diferente y descubir su riqueza
  • Aceptar las debilidades de otros (solo las propias están justificadas)
  • La capacidad de auto revisarte y aprender
  • Pensar nadie es tan bueno como yo
  • De pronto los otros son medios para lograr las ideas propias (que son las únicas que hay que seguir, obvio)
  • Y más…

En cambio, cuando te considerás geniunamente un líder en desarrollo, un aprendiz que va siendo y quiere mejorar, te sabés imperfecto; te reconocés en un proceso de crecimiento que no tiene limite y depende de tu esfuerzo.

Las consecuencias de esta forma de pensar son diametralmente opuestas:

  • Estás abierto aprender y sabés que depende de ti y de tu esfuerzo
  • Reconocés a los demás como punto clave para crecer, entender y ampliar tu forma de mirar el mundo
  • Experimentás el valor de caminar junto a otros y las oportunidades que esto trae
  • Aprendés a escuchar de forma activa y te abrís a desafiar tus propios supuestos
  • Sabes que no estás libre de los errores, pero los capitalizás, aprendiendo de ellos
  • Ves a las personas como oportunidades para conseguir, entre todos, algo más grande
  • Y más…

Bendita la capacidad de poder vernos en construcción.

¿Desde qué lugar liderás tú?

Si te reconocés como aprendiz, te esperamos para potenciar tu liderazgo en el taller online, Liderazgo 4 E. Inicio, 7 de julio. Disponible también en formato In Company: contacto@coachingdeltalento.com

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