¿Falta compromiso en tus colaborades?
Cuando observamos resultados insatisfactorios en un colaborador, a menudo caemos en la trampa del juicio rápido: pensamos que la persona simplemente no está rindiendo. Sin embargo, este análisis superficial puede llevar a soluciones mediocres y resultados aún peores. La frustración nos puede llevar a tomar decisiones que afectan el ambiente laboral y la relación con nuestro equipo.
Como líderes, tenemos la oportunidad de explorar a fondo las razones detrás de estos resultados. Según la teoría del comportamiento, existen 3 escenarios posibles:
**No sabe**, **No quiere** y **No puede **.
1. El colaborador «No sabe«
Este es el escenario más fácil de abordar, pero también el más complejo en su raíz. Puede que falte capacitación o que la comunicación no sea clara. Es crucial identificar qué es lo que realmente no sabe y ofrecer un plan de capacitación o aclaración. Pero a menudo, hay más en juego: miedos, dudas y dificultades en la coordinación con otros pueden estar bloqueando su rendimiento.
Peligros: si nos quedamos en la superficie y no exploramos estas brechas, corremos el riesgo de que el colaborador se vuelva dependiente de otros, lo que puede llevar a una profecía autocumplida: «no sabe y nunca sabrá».
2. El colaborador «No puede«
Este escenario puede involucrar la falta de herramientas adecuadas, mala delegación o expectativas poco realistas. Es esencial considerar el contexto en el que trabaja la persona. Si enfocamos toda la culpa en la persona, sin tener en cuenta los factores externos, el resultado será frustración.
Peligros: un enfoque excesivamente crítico puede erosionar la autoestima y generar dependencia en quienes sí pueden cumplir con las tareas.
3. El colaborador «No quiere»
Este es, sin duda, el escenario más desafiante. Puede parecer una cuestión de actitud, pero detrás de un «no quiero» pueden haber resentimientos, frustraciones o falta de alineación en los valores. Es crucial abordar estas emociones no expresadas.
Peligros: este juicio puede deteriorar la relación entre el líder y el colaborador, creando un conflicto que no se resuelve.
Tu rol como líder coach
Es vital adoptar una mentalidad, a la cual llamamos, “líder coach”. Parte de la base de que cada colaborador tiene potencial, pero tu rol es ayudar a descubrir sus barreras y facilitar su crecimiento. Haz preguntas que inviten a la reflexión. Te damos algunos ejemplos que verás que se enfocan en la persona, sus percepciones y emociones:
- ¿Cómo planeás abordar esta tarea?
- ¿Qué apoyo necesitás de mí?
- ¿Como te sentís para abordarla?
- ¿Qué aprendiste de esta experiencia?
- ¿Qué descubriste de ti haciéndola?
- ¿Qué cosas te facilitarían hacerla en el futuro?
Escuchar sin juicios y abrir un espacio para la conversación puede marcar una gran diferencia.
Conclusión
El «no sabe» puede estar presente en todas estas categorías y en su sentido amplio abarca no solo lo técnico, sino los aspectos relacionados con la persona y su forma de pensar, sus creencias, emociones y circunstancias. Como líderes, es fundamental ir más allá de los juicios rápidos y ver estas situaciones como oportunidades para crecer y apoyar a nuestros colaboradores.