No todos los sueños se cumplen. Pero… ¿Qué pasa cuando ni siquiera llegás a soñarlo?
Sí, así es.
Hay personas que ni siquiera sueñan con lo que podrían llegar a ser.
¿Por qué? Porque no lo ven como parte de su realidad o de sus posibilidades. Ni se lo imaginan.
Trabajo hace muchos años con líderes y equipos. A esta altura, puedo decir que ayudar a las personas a concretar sus transformaciones es más que una pasión: es una obsesión.
Hoy escuchamos mucho sobre la importancia de la acción.
Y es cierto:
▶ La acción es el punto de quiebre. Es cuando dejás de imaginar y empezás a moverte. A veces con pasos pequeños, otras con grandes saltos. Pero avanzás.
Sin embargo, la acción es consecuencia del deseo.
Porque para movilizarte hacia algo, necesitás quererlo. Necesitás sentir que vale la pena. Y eso no ocurre si no hay deseo.
▶ El deseo es lo que activa la energía. Es lo que te conecta con lo que realmente importa. Pero tampoco aparece de la nada.
El deseo nace de algo aún más sutil: soñar.
▶ El sueño es el punto de partida. Dar rienda suelta a la imaginación. Es la génesis de todo. Porque si no podés imaginarlo, no podés desearlo. Y si no lo deseás, no vas a actuar.
¿Y qué pasa cuando ni siquiera lo imagino?
▶ Pasa que si no tengo conciencia de que algo pueda ser, no me esfuerzo por lograrlo, ni me motivo, simplemente porque… Para mí, no existe.
Eso nos pasa a muchas personas: no vemos posibilidades donde otros sí las ven. Pero cuando de repente vemos una nueva posibilidad… Ese momento lo cambia todo. Es el famoso “Eureka”.
La semana pasada me pasó con un jefe de ventas. Después de una de nuestras formaciones, me dijo:
«Antes pensaba que ser jefe de ventas era perseguir números, plantear objetivos, analizar métricas. Ahora descubrí que mi verdadero trabajo es ayudar a mi equipo a crecer. No sabía que eso era lo que más valor aporta.»
Eso. Eso es lo maravilloso. No el taller. No las palabras. El descubrimiento.
Y ese tipo de descubrimiento —el que cambia tu forma de verte y de liderar— no se impone. Se provoca. Se acompaña. Y cuando ocurre… Empieza otro viaje.
Uno con más propósito. Uno que no se trata solo de rendir, sino de liderar en serio.
Y eso, créeme, no es frecuente. Pero cuando pasa… No hay vuelta atrás.
El pensamiento liminal es el arte de generar cambios mediante la comprensión, el moldeamiento y la reformulación de creencias.
¿Qué creencias te están frenando ahora mismo?
- Ponete en contacto con tu ignorancia.
- Buscá comprender.
- Hacé algo diferente.
Por: Margarita Charlone | Directora – Coaching del Talento
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Si sos vendedor o líder comercial y, como el ejemplo que citaba, también querés empezar ese tipo de viaje —más profundo, más humano, más efectivo— te invito a conocer nuestro programa de Coaching de Ventas. Descubrirás cómo el lado humano de las ventas puede crear conexión y guiar, tanto a vendedores, como a clientes, a mayores posibilidades.
No para que te aplaudan. Para que te transformes. Y transformes tus resultados.
7, 11 y 15 de agosto, online. De 8:30 – 11: 30 hs.