Tropezar dos veces con la misma piedra

Las personas estamos atrapadas en nuestras propias formas de pensar y de ver el mundo, y eso condiciona nuestro hacer, nuestros comportamientos, acciones o actitudes. De esto somos poco conscientes y menos lo somos de las implicancias que tienen en nuestra vida y en nuestra felicidad.

Cada uno de nosotros tenemos una especie de guion o libreto, formado por todas nuestras experiencias pasadas, donde emociones, formas de responder, de percibir y creencias, se entrelazan en un espiral continuo, más o menos estable. Desde ese libreto es que escribimos nuestro futuro. Actuamos desde nuestras respuestas conocidas y creamos las mismas circunstancias. Podría decirse que nuestro pasado predice nuestro futuro, a menos que hagamos algo para cambiar nuestras tendencias:

Nuestro cerebro consciente ha construido redes neuronales por donde fluye una y otra vez la misma información conocida, dispara las mismas sustancias que provocan las mismas emociones. Tal es así que, observando nuestros pensamientos conscientes, dicen las neurociencias que el 70% de ellos se repiten diariamente. Ejemplos tenemos todos en nuestra propia vida.

Observa tus circunstancias: ¿qué problemas o situaciones te preocupan una y otra vez aunque cambien las personas, los lugares, las situaciones? Una persona, por ejemplo, me decía que tuvo fracasos con varios empleados que había contratado, y las preguntas que me surgen son ¿qué perfiles te gusta contratar? ¿Tu liderazgo se ajusta a esos perfiles? Otra persona me decía que tenia problemas para que su personal tomara iniciativa, ¿cuánto espacio das a la iniciativa?, ¿cómo la estimulas? Parecen que las piedras las construimos nosotros y luego tropezamos una y otra vez.

¿Como escapar de eso?

Desafiando tus interpretaciones, enriqueciéndolas con nuevas interpretaciones. Pídele a una persona en la que confías por sus juicios que te dé su punto de vista sobre el tema que te preocupa. Escúchalo en profundidad haciéndole preguntas y tomando contacto con otras formas de ver, apreciándolas.

Procurando tomar decisiones diferentes a las cotidianas, saliendo de nuestra zona de confort. Aunque te dé miedo, ánimate a que desde esa nueva interpretación aparezca una decisión diferente. Eso es correr la piedra, porque contra ella ya te diste varias veces. Busca nuevas formas. Anímate a hacerlo varias veces.

¿El resultado? Tu cerebro va a ir reescribiendo nuevas formas neuronales, posibilitando nuevas emociones y lo mejor de todo, ¡irás saliendo de tu futuro predecible!

Si querés que te ayudemos a identificar la piedra, tuya o la de tu equipo, y quitarla del camino, escribinos sin compromiso que te asesoramos: contacto@coachingdeltalento.com

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