Una pregunta que nos hacen con frecuencia es: ¿se puede verdaderamente cambiar la cultura de un equipo? La respuesta es un rotundo sí. Si identificas la necesidad, debes hacerlo. De hecho, es tu trabajo como líder. Si no lo haces, ¿quién lo hará? Si te encuentras en esta situación, te retamos a que realices un pequeño, pero poderoso ejercicio:
- Visión de futuro
Busca un lugar tranquilo donde puedas reflexionar en calma. Ten a mano lápiz y papel. Todo lo que te gusta en el mundo, existió antes en la imaginación de la persona que lo creó. En ese marco, primero, piensa en grande: imagina cuál sería tu equipo ideal. Visualiza su estilo de trabajo, sus métodos de resolución de problemas, la atmósfera que crearían juntos, su alineación en torno a valores… Sueña. No utilices palabras negativas como «menos de esto» o «no quiero esto otro». Describe cómo quieres que sea, siendo todas las descripciones positivas.
2. Observa la realidad
Ahora observa la realidad, mirando a tu equipo tal y cómo es. Responde las siguientes preguntas: ¿cómo es mi equipo hoy? ¿Qué puntos fuertes tiene? ¿Cuáles debe mejorar para alcanzar este sueño?
3. Encuentra la brecha
Ahora debes encontrar la brecha: la distancia entre el ideal y la realidad. ¿Qué cualidades necesita mejorar mi equipo para convertirse en el equipo de mis sueños? Anótalas también positivamente. Es en este punto que puede aparecer la voz negativa dentro de ti, que te dice«eso no se puede lograr» y que seguro te da muchísimos argumentos de por qué no. Esa voz es solo tu crítico interior tratando de sabotearte. Está en vos hacerle caso o no.
4. Revisa tu liderazgo
Con tu visión en mente, ahora imagina el líder que debe tener ese equipo. ¿Qué tipo de líder guiaría ese equipo extraordinario? ¿Qué cualidades destacadas tendría? ¿Qué cambios debes realizar a tu liderazgo para alcanzarlo? ¿Cuál sería tu rol para guiar este proceso con tu equipo? ¿Qué espacios de reflexión generarías y como se desarrollarían? Anota las respuestas.
Ahora viene la magia…
El verdadero protagonista del cambio es tu equipo. Invítalo a que se desafíe, ofreciéndoles un espacio para que ellos también piensen esto, al igual que tú. Podrás tener en cuenta el análisis que ya has hecho, pero no lo muestres. Úsalo solo como aporte, si crees que realmente falta algo importante. Tu trabajo es ofrecer el espacio para que ellos también reflexionen esto, al igual que tú. Aquí tienes 4 preguntas poderosas para hacerle a tu equipo:
- ¿Puede haber una mejor versión de este equipo? ¿Cómo sería?
- ¿Qué cambios deben hacer para alcanzarla?
- ¿Pará qué desarrollaríamos esta mejor versión del equipo?
Cuando el equipo se escucha a sí mismo, toma conciencia de que juntos pueden lograr mucho más. Recoge las respuestas y crea un documento compartido, como base para comenzar el cambio.
Haz de esta actividad, un momento histórico:
Al finalizar la actividad, pregúntales si quieren que estas ideas se queden en el papel o si quieren aventurarse en este viaje de crecimiento y superación para alcanzarlo.
Es importante que el equipo tome conciencia de que el verdadero desafío es convertir esa visión en realidad y que, para ello, todos (incluido tú), deben hacer un cambio; que se reflejará en los comportamientos diarios, en la comunicación, en la coordinación, en la resolución de conflictos, etc. Esto es una aspiración contínua y no sucede de la noche a la mañana, pero es posible. Cada persona se responsabiliza de sus propios cambios para apoyar un cambio mayor.
Es importante que alertes al equipo que en el proceso van a haber errores, aciertos, altibajos. Lo importante es hablar al respecto, hacer nuevos acuerdos para seguir avanzando, porque no somos perfectos, pero aspiramos a ser mejores.
Los primeros pasos:
Estas son algunas preguntas específicas que puedes usar con tu equipo para definir los compromisos que les permitirá dar los primeros pasos:
- ¿Qué valores vamos a declarar como críticos en nuestro equipo para su transformación?
- ¿Cómo se manifestarán esos valores en nuestro comportamiento diario?
- ¿Qué aspectos de nuestra cultura actual nos ayudan para lograr nuestro propósito?,¿cuáles nos lo impiden?
Estos son los primeros compromisos de comportamientos específicos. De esta forma, ya habrán creado un segundo documento que da marco a la transformación del equipo (el primer documento se refirió a la visión del equipo). Este, a diferencia del primero, es un documento vivo, porque el equipo irá haciéndole los cambios que necesite a medida que avance en su desarrollo.
Ir tejiendo el ideal con la realidad
Tu trabajo en este camino es recordar los compromisos asumidos entre todos, con lo que va aconteciendo en el día a día. La observación atenta de los comportamientos, las actitudes, el tipo de conversaciones, son el insumo para el cambio. Cada vez que un comportamiento esté en línea con los comportamientos declarados, debes reconocerlo. Y cuando sea disonante, deberás alertar al equipo para que reflexione y genere las conversaciones que les permita aprender.
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