“No estamos en un pozo, estamos en túnel”’, dijo el conferencista Victor Küppers en referencia al Covid-19. Su distinción me pareció interesante y me inspiró a escribir este post. La gran pregunta es: ¿en qué estado saldremos de él? ¿Qué equipo va a quedar al final de este túnel?
En términos generales dependerá de las decisiones que los líderes tomen durante el trayecto, y el mundo organizacional no es ajeno a ello.
¿Cómo darnos cuenta cuáles son las decisiones adecuadas?
Obviamente es difícil predecir o reducir a una especie de receta cómo abordar esta situación tan compleja. Pero sí confiamos en una estrategia clara: cuidá a tu gente.
Las decisiones que creemos adecuadas para este momento son aquellas que apuntan a cuidar el capital humano que hace única a tu organización. Una organización es una cadena que genera valor; su desarrollo y crecimiento está unido a la capacidad de competir e innovar. Esto está a la vez relacionado con el talento y las ganas que cada persona le aporta momento a momento a su trabajo.
¿Qué hace única a esa empresa o proveedor que hace tiempo venís eligiendo? Seguramente lo elegís por un valor que no encontrás en otro lado. Puede ser esa tienda que te conoce a la perfección, o esa peluquería con la que renovás tu satisfacción cada vez que vas. Lo que sea que genere valor para que sigas yendo, fue diseñado y alimentado por personal comprometido en aportar más en cada cosa que hacen. Quizás no sean todas las personas del equipo, pero hay algunas que se destacan y mantienen la energía de los demás. Un líder debe tener identificado esos eslabones claves.
En estos días he visto innumerables medidas de la alta gerencia que son decisiones que yo llamo “sálvense quien pueda’’, que conllevan una mirada cortoplacista, egoísta, y muchas veces mal comunicadas, sin el cuidado y la empatía que la situación requiere. A veces no son medidas, son gestos, actitudes, palabras poco empáticas o felices de los jefes, que no se dan cuenta que en estos momentos están más expuestos que nunca frente a sus colaboradores, que buscarán en ellos coherencia, seguridad y contención. He visto visto cómo personas valiosas quiebran el contrato emocional con la organización y en algunos casos, en medio de la crisis económica, prefieren no seguir, porque no sienten más ganas de pertenecer. Aquellos que no puedan elegir irse, sin ese contrato emocional presente se irán apenas puedan, quizás ya al final del túnel. ¿Qué actitud o nivel de motivación se imaginan para aquellos que quedan en estas circunstancias?
Un buen líder inspira a subirse al carro y a tirar de él, no obliga a subirse… Inspirar u obligar son decisiones diferentes, y obviamente sus resultados también.
Por el contrario, estos días he visto también empresas que han tenido detalles con sus empleados, por la línea que venimos planteando: desde acercarles a su casa la silla de su escritorio para que trabajen mejor, hasta simplemente interesarse por ellos y preguntarles cómo se están sintiendo. No importa cuál grande sea el gesto, sino el espíritu de contención que haya detrás.
En definitiva, el factor económico es clave a la hora de tomar decisiones en una organización, pero integremos también el factor humano, que en el fondo, termina impactando en el anterior.
Por el camino que vas, ¿qué equipo te está esperando al final de este túnel?