El resultado de un sondeo que realizamos con personas teletrabajando, arrojó que casi el 50% de los líderes encuestados, y casi un 40% de empleados que no tienen personal a cargo, presentan dificultades para fijarse objetivos personales además de los organizacionales.
Por objetivos personales entendemos la capacidad de trazarnos de forma autónoma, y frente a nosotros mismos, objetivos micros, predictivos, medibles, que nos acerque a la meta macro que me plantea la empresa. Tiene que ver con ser capaz de visualizar nuestros resultados o situación actual, plantearnos cómo nos gustaría que fuera (establecer un ideal), y trazar el camino de pequeñas acciones que nos vaya acercando al mismo.
A simple vista parece sencillo pero implican muchas competencias como:
– Hacernos cargo de nuestra autonomía dentro de la interdependencia
– Tener un sentido de superación y mejora personal
– Entender la importancia de visualizar los resultados y medir el avance
– Compromiso para cumplir las metas que trazamos con nosotros mismos y con nuestro equipo.
Los objetivos personales tiene un gran impacto en nuestra productividad y bienestar, y su impacto se hace más necesario en el teletrabajo.
Ahora, ¿qué sucede cuando no me propongo objetivos personales, además de los que me asignan otros, ya sean mis jefes o los compromisos que asumo?
Lo más probable es que nos quedemos estancados o no progresemos en mejorar lo que hacemos ni en aumentar el valor que ofrecemos en la empresa… Sobre todo, el no fraccionar en metas propias nuestros trabajo, no nos permite identificar con claridad dónde se nos están presentando las dificultades o el por qué de los resultados que obtenemos, que muchas veces no son los que esperamos. Es como caminar a ciegas, sin saber en dónde nos desviamos, cuando no alcanzamos la meta que perseguimos. También hace que nuestras coordinaciones con el equipo sean flojas, aceptemos más compromisos ligeramente o los desechamos sin argumentación. El no ordenar nuestro trabajo en metas propias, nos desenfoca y debilita nuestro impulso hacia las metas organizacionales.
Claro que tener la capacidad de fijarnos objetivos personales es importante en general, pero son de especial importancia cuando teletrabajamos. Porque en definitiva las metas que nos vamos poniendo y que vamos alcanzando son una rendición de cuentas del trabajo que se está haciendo desde casa. Una especie de informe de cómo estoy avanzando.
¿Dónde nace esta dificultad de plantearnos por motus propio objetivos personales?
Creemos que nace en la gestión del trabajo; la forma en la que tradicionalmente las empresas organizan el trabajo no siembra este hábito de autonomía ni consciencia de desarrollo:
En nuestra experiencia hemos ido viendo que la gestión del trabajo de gran parte de las empresas no está basada en objetivos (control en base a resultados) sino en ocupar el horario de trabajo (control en base a la presencialidad). Esta forma de gestionar, que se hace más crítica cuando teletrabajamos, no contribuye a una cultura de autosuperación ni al desarrollo de las personas y su autonomía, y, por tanto, no deja lugar a la mejora, lo que nos puede llevar a tener procesos obsoletos e ineficientes… Y a colaboradores que gestionen y “sobrevivan” en su trabajo, en vez de descubrir un mayor valor a aportar.
¿Qué te parece a ti? ¿Cómo es en tu empresa? ¿Y en tu caso? Si te toca actualmente liderar un equipo, ¿contribuís en desarrollar esta autonomía en tus colaboradores? ¿Los inspirás en trazarse acciones para superarse en su trabajo?