UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO
En medio del torbellino que nos trajo la pandemia del COVID-19, donde lo constante es lo incierto, el futuro no es predecible, nuestras costumbres como sociedad han cambiado, y emergieron de forma dramática nuevos paradigmas, perdiendo vigencia otros, nos preguntamos qué modelo de liderazgo debe emerger.
Para pensar una respuesta a esta pregunta, visualizamos los 4 retos que los líderes tienen que afrontar en este contexto:
Equilibrar el miedo con la esperanza. Si hay algo que a los humanos no nos gusta, es lo incierto. Nuestro cerebro tiene un diseño de desarrollo de conexiones neuronales que aumenta cuando repetimos una misma experiencia, ayudándonos a la supervivencia. Es decir, el repetir nos quda cómodo, ya desde una raíz neuronal. El cambio, por el contrario, nos trae miedo, que paraliza y no deja avanzar. Creemos que el líder que se viene es un líder capaz de mantener este equilibrio entre el miedo y la esperanza. Esperanza frente a los problemas para identificar salidas; y el miedo como un sentido más, que nos permite tener cautela.
Fortalecer las redes de relaciones en las que actuamos, construyendo confianza. Esta crisis dejó en evidencia la importancia de visualizar los sistemas en los que nos movemos. E hizo visible también nuestra interconexión: lo que le ocurre a otros también impacta en nosotros y viceversa. Los seres humanos inter-somos. Desde un enfoque estrecho de la realidad, basado en la escasez, prima la mirada separatista e individualista, que entiende que avanzamos más rápido, mejor que otros, cuanto más uno tenga y menos tengan los demás. Sin embargo, desde una mirada de abundancia, vemos esa interconexión, descubriendo que juntos podemos construir algo grandioso y sólo así avanzamos sostenidamente.
Conseguir más con menos. En medio de las transformaciones del mercado, lo incierto de muchos negocios, los recursos que se vuelven escasos, los mercados que cambian, aparece como un reto el poder lograr avances contando con menos recursos o al menos no todos los recursos que nos gustaría. Eso exige una reconversión, disminuir el desperdicio de los reprocesos, de las coordinaciones infructuosas, de los conflictos que no se resuelven, de los egos que se manifiestan en discursos para tener la razón por encima de las metas superiores. Reducir la inefectividad moral, afectiva y material.
Hacer que las cosas se hagan impecablemente. Ejecutar los planes rápidamente y de manera impecable: lo exige un mundo que se mueve rápido y que no espera por nosotros. Sería un lujo definir una idea para avanzar y que no se logre llevar a cabo porque los colaboradores no la entienden o porque invierten tiempo en procesos o tareas que no aportan valor, desperdiciando energía y desarrollando entropía (disipación de los esfuerzos).
Para enfrentar estos grandes retos que emergen en la nueva realidad, definimos 4 pilares clave en el desarrollo de las competencias necesarias para hacerlo. Lo condensamos en un modelo que llamamos Liderazgo 4E:
1. Evolucionar
Es la capacidad que tiene el Líder 4 E de embarcarse en un camino de dos búsquedas: por un lado, la mejora contínua como persona y en sus habilidades de líder, buscando tener coherencia entre lo que piensa, dice y hace. Por otro, la capacidad de innovar, convirtiendo los problemas en oportunidades. Tener cabeza de emprendedor para generar una cultura de innovación en el equipo.
2. Empatizar
La fuerza de generar alianzas y relaciones duraderas ayuda a transitar un mundo incierto. Para ello la empatía aparece como la cualidad imprescindible del líder que le va a permitir entender al cliente, a los mercados, a su equipo y demás equipos de la organización. Da la posibilidad de entender y negociar, de hacer acuerdos duraderos, y desde allí fortalecer la confianza.
3. Energizar
La energía es el combustible que se necesita para ir la acción, y esa energía proviene de un emocionar. Todos sabemos que lo material, como son los sueldos, compran pero no enamoran a los colaboradores. El Líder 4 E debe ganarse el corazón de su equipo, generando identidad. Un equipo al que los colaboradores quieran pertenecer, en el que se sientan orgullosos, desde el cual se entusiasmen y entusiasmen a otros con sus ideas, en el que tengan un propósito que genere valor y los haga sentir valiosos. Todo nace del lídera que inyecta y lidera esa energía en el equipo. Las emociones aparecen también en el reconocimiento y agradecimiento, en los pequeños detalles diarios del trato sincero e involucrado del líder.
4. Ejecutar
Es la capacidad para realizar los planes con maestría, a partir del desarrollo de una cultura de compromiso, rendición de cuentas y autogestión responsable.
Como lo es todo en el ámbito humano, estos cuatro pilares son orgánicos y sistémicos: están interconectados. Las competencias que implican cada una de estas E, impactan en las competencias de los demás.
Si querés transformar tu forma de liderar, te invitamos a incorporar este modelo a través taller online, “Liderazgo 4E”. Escribinos sin compromiso a: contacto@coachingdeltalento.com para solicitar el folleto informativo.