Parece raro pensar que, hace no tanto, las empresas hacían planes estratégicos para los próximos 10 – 15 años. Quizás te tocó participar en alguno de ellos. Hoy sería impensable. Porque si hay algo que experimentamos masivamente en carne propia es que el mundo se ha vuelto cada vez más rápido e incierto. Nuestras costumbres y creencias como sociedad están en un dinamismo constante, arrastrando viejos paradigmas e instalando nuevos.
Es en este contexto, desde la consultora nos preguntamos, ¿qué modelo de liderazgo debe emerger para este mundo nuevo?
Antes de abordarlo, identificamos 4 retos a los que se enfrentan los líderes hoy:
1. Equilibrar el miedo con la esperanza. Hay algo que en términos generales a todas las personas nos incomoda: lo incierto. Ya desde una raíz neuronal, lo predecible nos queda cómodo. El cambio constante, por el contrario, trae aparejado miedo, que muchas veces nos paraliza y no nos deja avanzar. Pero el líder que necesitamos hoy debe ser capaz de mantener el equilibrio entre el miedo y la esperanza. Esperanza frente a los problemas para identificar salidas; y el miedo como una emoción que nos permite tener cautela y estás más agudos.
2. Fortalecer las redes en las que actuamos, construyendo confianza. El contexto actual ha dejado en evidencia, más que nunca, la interconexión que tenemos como personas: lo que le ocurre a otros también impacta en nosotros y viceversa. Los seres humanos inter-somos. Una mirada de abundancia reconoce nuestra interconexión, descubriendo que juntos podemos construir algo grandioso y sólo así podemos avanzar sostenidamente. Esta mirada es clave para el líder de hoy, que deja atrás la mirada separatista e individualista, basada en la escasez, que entiende que se avanza más rápido y mejor que otros, cuanto más tenga uno y menos tengan los demás.
3. Conseguir más con menos. En medio de las transformaciones del mercado, lo incierto de muchos negocios, los recursos que se vuelven escasos, los mercados que cambian, aparece como un reto el poder lograr avances contando con menos recursos, o al menos no todos los recursos que nos gustaría. Eso exige una reconversión, disminuir el desperdicio de los re-procesos, de las coordinaciones infructuosas, de los conflictos que no se resuelven, de los egos que se manifiestan en discursos para tener la razón por encima de las metas superiores. Reducir la inefectividad moral, afectiva y material.
4. Hacer que las cosas se hagan impecablemente. Ejecutar los planes rápidamente y de manera impecable: lo exige un mundo que se mueve rápido y que no espera por nosotros. Sería un lujo que no nos podemos dar, definir una idea y que no se logre porque los colaboradores no la entienden o porque invierten tiempo en procesos o tareas que no aportan valor, desperdiciando energía y desarrollando entropía (disipación de los esfuerzos).
Para enfrentar estos grandes retos que emergen en este nuevo mundo, definimos 4 pilares clave en el desarrollo de las competencias necesarias para hacerlo. Lo condensamos en un modelo de desarrollo del liderazgo que llamamos Liderazgo 4E:
Líderes capaces de Evolucionar – Empatizar – Energizar – Ejecutar.
1. Evolucionar:
- Mirar lo diferente, innovar
Es la capacidad que tiene el Líder 4 E de embarcarse en un camino de dos búsquedas: por un lado, la mejora contínua como persona y en sus habilidades de líder, buscando tener coherencia entre lo que piensa, dice y hace. Por otro, la capacidad de innovar, convirtiendo los problemas en oportunidades. Tener cabeza emprendedora para generar una cultura de innovación en el equipo.
2. Empatizar
- Tejer puentes con otros. Conversar para generar resultados.
La fuerza de generar alianzas y relaciones duraderas ayuda a transitar un mundo incierto. Para ello la empatía aparece como la cualidad imprescindible del líder que le va a permitir entender al cliente, a los mercados, a su equipo y demás equipos de la organización. Da la posibilidad de entender y negociar, de hacer acuerdos duraderos, y desde allí fortalecer la confianza.
3. Energizar
- Incentivar el talento. Apasionados para apasionar.
La energía es el combustible que se necesita para ir la acción, y esa energía proviene de un emocionar. Todos sabemos que lo material, como son los sueldos, compran pero no enamoran a los colaboradores. El Líder 4 E debe ganarse el corazón de su equipo, generando identidad. Un equipo al que los colaboradores quieran pertenecer, en el que se sientan orgullosos, desde el cual se entusiasmen y entusiasmen a otros con sus ideas, en el que tengan un propósito que genere valor y los haga sentir valiosos. Todo nace del líder que inyecta y gestiona esa energía en el equipo. Estas emociones aparecen también en el reconocimiento y agradecimiento, y en los pequeños detalles diarios del trato sincero e involucrado del líder.
4. Ejecutar
- Marcar caminos. Agilidad. Gestionar el compromiso.
Es la capacidad para realizar los planes con maestría, a partir del desarrollo de una cultura de compromiso, rendición de cuentas y autogestión responsable.
Como en todo ámbito humano, estos 4 pilares son orgánicos y sistémicos: están interconectados. Las competencias que implican cada una de estas E, impactan en las competencias de los demás.
Si querés desarrollar esta forma de liderar, sumate al taller online “Liderazgo 4E”. Próximo inicio: 22 de marzo de 2022. Conocé el folleto informativo o escribinos sin compromiso a: contacto@coachingdeltalento.com