Muchas veces, cuando hacemos un balance al cerrar un ciclo, nos enfocamos en los resultados materiales: lo que se logró en un proyecto, en el mercado, en el nivel de satisfacción de los clientes, etc. Y pasa casi inadvertido, o queda sin analizar en la mayoría de los casos, lo que hemos capitalizado o descubierto sobre nosotros mismos trabajando en equipo: los aprendizajes que podemos rescatar en esa magia de hacer con otros.
Un equipo que no hace balances sobre sí mismo, abriendo el diálogo y escuchándose, se estanca a la larga ya que no termina de fijar los aprendizajes que le permiten impulsarse en el futuro.
Todo equipo tiene una trayectoria en el tiempo. Y al alcanzar un objetivo, y cerrar un ciclo/etapa, el equipo ya no es el mismo que al comienzo. Múltiples movimientos se gestaron en su interior. Las personas fueron probándose en el cambio, en el caos, en los retos, donde algunas relaciones se tensionaron y otras se fortalecieron… Los equipos que al finalizar un ciclo, además de hacer un balance material, hacen un balance de sí mismos, tienen una poderosa metodología en sus manos para crecer como equipo.
Detenerse a reconocer y valorar, con gratitud y a consciencia, lo que se hizo en conjunto, potencia, energiza y fortalece la relación. Además, permite poner el foco en cómo trabajar mejor juntos, lo que alienta a una cultura de crecimiento, pues capitalizan lo aprendido, desarrollan mayor empatía, comprensión y visualizan sus áreas de mejora, es decir, lo que aún deben trabajar. El definitiva, ¡el equipo va por más!
Solo cuando los equipos toman mayor conciencia de sí mismos, pueden hacer los cambios y movimientos a futuro que entiendan necesarios.
Ya llegando a fin de año, ¿cómo vas a capitalizar este cierre de ciclo? ¿De qué manera vas a estimular a tu equipo haga el ejercicio de crecer como equipo? Te sugerimos que pongas como prioritario en tu agenda la generación de esta instancia. Si no lo has hecho antes, te vas a sorprender con el clima energizante, algo así como mágico, que genera este balance y lo que impulsa para iniciar un nuevo ciclo.
Si te animás a hacerlo, te dejamos alguna preguntas disparadoras para liderar esta instancia con tu equipo: ¿De qué nos sentimos orgullosos este año? ¿Qué nos desafió? ¿En que momento apareció la cooperación, la generosidad? ¿De que manera desafiamos los conflictos? ¿Qué aprendimosde ellos? ¿Qué nos llevamos de este año? ¿Qué nos gustaría “conquistar” en el siguiente?
Unos tips a tener en cuenta para llevar a cabo una reunión de balance de equipo:
a) Genera un ambiente relajado y descontracturado, esto favorece el intercambio.
b) Cuéntales abiertamente para qué se están reuniendo: aprender de cómo respondimos juntos a un reto, proyecto, cambio, etc.
c) Construye con ellos qué ambiente quieren generar para esa reunión. Recoge lo que vaya surgiendo en algún pizarrón o rotafolio para que quede a la vista durante la misma. Nosotros solemos poner además una regla como marco de conversación: cada persona tiene sus ideas y las debemos respetar al aportar las nuestras.
d) Usa algún elemento disparador para iniciar el intercambio: un video, unas laminas, una actividad grupal. Esto no es imprescindible, pero ayuda a que las personas se conecten más con lo emocional.
e) Plantea dos o tres preguntas poderosas para que respondan en grupos, pueden ser alguna de las detalladas arriba.
f) Conversen sobre las respuestas y en espacial de lo que descubrimos cuando nos escuchamos.
Si quieres que te ayudemos a organizar y liderar una reunión de balance con impacto, no dudes en escribirnos y consultarnos por la propuesta personalizada que armamos para acompañarte: “Cerrar bien el año para abrirlo mejor”. Conocé más haciendo clic aquí.
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